Bélgica

Ruta por los 10 pueblos más bonitos de Bélgica

Vista de Dinant, en Bélgica, con su colegiata frente al río Mosa y la Ciudadela detrás
Seguro que te suenan Brujas o Gante, pero no Dinant o Mons. En esta ruta te recomiendo los 10 pueblos más bonitos de Bélgica.
23 diciembre 2025

Si has viajado a Bruselas, es probable que también hayas hecho alguna escapada a Brujas, Gante o Amberes. Pues bien, siento decepcionarte. En este artículo no hablaré de estas ciudades tan pintorescas que, sin embargo, se han masificado en los últimos años. Ya que tuve la suerte de vivir durante una larga temporada en el país, aprovecharé las próximas líneas para descubrirte los 10 pueblos más bonitos de Bélgica.

¿Qué hay que ver en Bélgica? Olvídate de las largas colas de turistas esperando a subirse en las barcas que navegan por los canales de Brujas. Ignora las aglomeraciones que suele haber en los muelles de Gante para tomarse la mejor foto para Instagram. A lo largo de esta entrada, hablaré de aquellas localidades que, bajo mi punto de vista personal, bien merecen una visita. Algunos municipios son más conocidos que otros, pero todos ellos tienen una particularidad: todavía no conocen el turismo de masas.

El lugar donde nació el saxofón, la derrota más cruel de Napoleón, la ciudad más pequeña del mundo, la otra Grand Place de Bélgica que no es la de Bruselas… Hay mucho que ver en la Bélgica más desconocida. ¿Te animas a descubrirla?

1. Dinant, el pueblo natal del inventor del Saxofón

Lo primero de todo, una aclaración: Bélgica está dividido en dos grandes regiones. Al norte está Flandes, de habla neerlandesa. Por su parte, al sur nos encontramos con Valonia, en la que el idioma mayoritario es el francés. Comienzo esta lista sobre los pueblos más bonitos de Bélgica con Dinant, una de las localidades más bellas de la región más meridional del país.

En la Estación Central de Bruselas puedes tomar un tren que, en solo una hora y 45 minutos, te llevará hasta Dinant. Este trayecto es muy bonito, aunque te aconsejo sentarte en una de las ventanillas del lado derecho del tren. Así podrás ver los verdes campos de Valonia. También contemplarás la confluencia de los ríos Sambre y Mosa cuando pases por la parada intermedia de Namur. Por cierto, esta ciudad, capital de la región francófona de Bélgica, también merece la pena ser visitada.

Una vez llegues a la estación de Dinant, apenas tienes cinco minutos a pie hasta el puente Charles de Gaulle. Cuando lo crucé por primer vez, lo que más me llamó la atención de esta pasarela sobre el río Mosa es que está decorada con saxofones de colores. Y no es casualidad, ya que Adolphe Sax, el inventor del saxofón, nació en Dinant el 6 de noviembre de 1814.

¿Y sabes lo mejor de todo? La entrada a la Casa de Sax es gratuita y se puede visitar todos los días de 9:00 a 19:00 horas. Este museo se encuentra justo en la otra orilla del río Mosa, cruzando por el puente Charles de Gaulle. En esta ribera tampoco te puedes perder la colegiata de Notre-Dame (también de acceso gratuito) y la Ciudadela de Dinant, desde la que se obtienen una de las mejores vistas del río Mosa.

Y si quieres conocer en un solo día dos ciudades, esta excursión a Namur y Dinant desde Bruselas es perfecta.

Selfie de un chico en Dinant, una de las ciudades más bonitas de Bélfica
Visitando el puente Charles de Gaulle sobre el río Mosa en Dinat

2. Durbuy, la ciudad más pequeña del mundo

No llega a los 12000 habitantes, pero a pesar de ello Durbuy está considerada como la ciudad más pequeña del mundo. No obstante, todo tiene una explicación. En el siglo XIV, esta villa recibió el título de ciudad y, desde entonces, lo ha mantenido.

El pueblo (o, mejor dicho, la ciudad) de Durbuy se encuentra en Luxemburgo, pero no el país del Gran Ducado, sino en la región valona (y, por tanto, belga) del mismo nombre. Si puedes alquilar un coche en Bruselas genial, ya que el trayecto hasta esta localidad no llega a las dos horas. Otra opción es tomar un tren de Bruselas a Lieja (una hora) y, desde allí, otro tren que tarda una hora hasta Barvaux. Desde esta localidad parte el autobús lanzadera 99 hasta Durbuy, que apenas tarda 20 minutos. Este servicio solo opera todos los días de julio a agosto y los fines de semana en junio, septiembre y durante las vacaciones escolares y días festivos.

Merece la pena hacer todos estos trayectos. Una vez llegues a Durbuy, notarás al instante que el estrés no existe. Y es que este pequeño pueblo parece estar detenido en el tiempo. Calles empedradas, un castillo que domina un promontorio sobre el río Ourthe… Desde luego, aquí no encontrarás las masificaciones turísticas de Gante o Brujas, por ejemplo.

Y si te interesen los temas bélicos, una recomendación: apenas hay una hora en coche desde Durbuy hasta Bastoña, donde podrás realizar este tour privado de la Batalla de las Ardenas.

Panorámica de Durbuy, un pueblo belga de casas tradicionales de piedra rodeado de vegetación
Durbuy es uno de los pueblos más hermosos de Bélgica

3. Mons, la segunda Grand Place más bonita de Bélgica

Desde Bruselas, apenas hay una hora de tren hasta Mons, una de las localidades más bellas (y desconocidas) de Bélgica. Y es una pena (o una suerte) que no sea tan popular entre los turistas, ya que la Grand Place de Mons es una de más bonitas del país. Solo la supera, como no podía ser de otro modo, la de la capital nacional.

Fuentes, edificios históricos, una preciosa Casa Consistorial, un Teatro Real, coquetas cafeterías con terraza… Hay mucho que ver en esta gran plaza. Sin embargo, su elemento más popular es la escultura de un pequeño mono situado en la entrada del Ayuntamiento. Se trata del Singe du Grand Garde. Según la tradición, hay que acariciarle la cabeza para tener suerte. ¡Por intentarlo, nada se pierde!

Cualquier época del año es buena para visitar Mons. No obstante, un buen momento para dejarse cautivar por el encanto de su preciosa Grand Place es durante las fiestas de Le Doudou. En esta celebración, que tiene lugar en el domingo de la Trinidad, la plaza se viste con sus mejores galas para recrear el combate entre San Jorge y el dragón. La fiesta es digna de ver, y está reconocida incluso por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Selfie de un hombre en la Grand Place de Mons, una de las ciudades más bonitas de Bélgica
La Grand Place de Mons es una de las más bonitas de Bélgica

4. Tournai, el pueblo de los cinco campanarios

Poco más de una hora es lo que dura el trayecto en tren desde la Estación Central de Bruselas hasta Tournai, uno de los pueblos más bonitos de Bélgica. La localidad se encuentra muy cerca de la frontera francesa, a solo media hora en tren de la ciudad gala de Lille.

Cuando uno sale de la estación de Tournai y camina unos pocos metros, se da cuenta de que gran parte de su paisaje urbano está dominado por torres. Y no es para menos, ya que su catedral cuenta con cinco campanarios.

Sin embargo, estas no son las únicas atalayas del pueblo. Otras torres destacadas son la del Beffroi y de la iglesia de San Quintín. Por ello, aunque Tournai sea conocida como la ciudad de los cinco campanarios por las torres de su catedral, en realidad tiene muchas más.

Si la de Bruselas es la primera y la de Mons es la segunda, la Grand Place de Tournai ocupa a mi juicio la tercera posición como la más bonita de Bélgica. ¿El motivo? Desde ella se pueden apreciar las principales torres del municipio.

Vista panorámica de la plaza central y los campanarios de color rojo de la iglesia de Tournai, en Bélgica
Tournai, en la región valona, destaca por sus preciosos campanarios

5. Lier, uno de los pueblos más bonitos de Bélgica

Dejamos momentáneamente Valonia y nos vamos a Flandes. En esta región se encuentra Lier. Se trata de una pintoresca localidad situada a medio camino entre Malinas y Amberes, consideradas como dos de las ciudades más bonitas de Bélgica.

Y es cierto que tanto Amberes como Malinas merecen la pena. Sin embargo, pocos turistas reparan en la pequeña Lier. Yo descubrí este pueblo leyendo Pamfletten, una novela de Jerónimo Tristante ambientada en el Flandes español del siglo XVI. Pues bien, buena parte de la trama de la obra, premiada con el VI Premio de Novela de la Policía Nacional, está ambientada en Lier.

Así, aprovechando que vivía en Bruselas, me cogí un tren y en apenas 40 minutos me planté en Lier. Lo que más me llamó la atención fue la Grote Markt. Esta plaza del centro histórico comparte con Brujas, Amberes o la propia capital del país la arquitectura típica belga. Sin embargo, a diferencia de las anteriores, aquí no hay tiendas de souvenirs para turistas. Se puede apreciar el modo de vida de la población local, y en sus cafeterías y restaurantes a orillas de los canales se pueden tomar buenos estofados belgas (la carbonade flamande es exquisita) sin necesidad de pagar precios abusivos.

Vista de Lier, una ciudad de canales del norte de Bélgica
Lier es una ciudad de canales poco conocida del norte de Bélgica

6. Waterloo, la derrota más cruel de Napoleón

El 18 de junio de 1815 el duque de Wellington derrotó a Napoleón Bonaparte en Waterloo, uno de los pueblos más bonitos de Bélgica. Para visitar esta localidad, lo más rápido es ir a la estación Midi de Bruselas y tomar el tren en dirección Nivelles. En tan solo 40 minutos estaréis en la localidad en la que Napoleón fue derrotado.

Desde la estación de Waterloo solo hay 15 minutos a pie hasta el Museo de Wellington. Allí podrás tomar el autobús W, que en apenas 20 minutos te llevará hasta el campo de batalla donde tuvo lugar la famosa contienda. Una vez en este lugar, encontrarás un extenso terreno verde dominado por la Colina del León. Merece la pena subir hasta allí, ya que desde su cima se divisa todo el terreno donde tuvo lugar el enfrentamiento. ¡Te sentirás como estratega militar por un día!

Tal y como podrás imaginar, en Bélgica hay muchos días nublados. Por ello, es mejor visitar Waterloo en primavera o verano, cuando los cielos están más despejados. Las panorámicas que ofrecen la Colina del León son tan espectaculares, que merece la pena pagar los 20 euros que vale su entrada, siempre y cuando el día esté despejado. Este ticket, que se puede adquirir en la web de turismo de Valonia, también incluye el acceso a otros espacios como el Panorama en el que se recrea la contienda.

Como recomendación, te sugiero no visitar Waterloo en junio. Ese mes se celebra el aniversario de la batalla y los precios de las atracciones, cafeterías, restaurantes y hoteles suelen subir considerablemente. Eso sí, si eres amante de la Historia y no te importa pagar un poco más, tendrás como ventaja el encontrarte con otros aficionados.

Colina artificial coronada por la escultura de un león en Waterloo, uno de los pueblos más bonitos de Bélgica
La Colina del León es uno de los lugares imprescindibles que ver en Waterloo

7. Damme, uno de los pueblos de Bélgica más bellos y desconocidos

Sí, es un hecho. A pesar de que cada vez está más masificada, lo cierto es que en todo viaje que se precie a Bruselas no puede faltar una escapada a Brujas. Reconozco que su Grote Markt, sus canales y su embrujo especial terminan por atrapar. No obstante, lo que muchos turistas no saben es que, muy cerca de la llamada Venecia del Norte se encuentra Damme, uno de los pueblos más bonitos de Bélgica, concretamente de Flandes.

La mejor opción para conocer ambas localidades es hacerlo pedaleando, ya que apenas hay media hora en bicicleta desde Brujas hasta Damme. Y es que sobre dos ruedas es como mejor se disfruta esta ruta. ¿El motivo? A lo largo de todo el recorrido verás unos preciosos paisajes de verdes llanuras y coquetos molinos de viento.

En Brujas hay numerosos locales donde podrás alquilar una bicicleta para ir hasta Damme. Otra opción muy recomendable es subir en un barco de vapor, cuyo precio ronda los 15 euros.

Una vez en Damme, podrás ver la plaza Grote Markt, la iglesia de Nuestra Señora de la Ascensión o el precioso Ayuntamiento, el Stadhuis. El hecho de que haya menos turistas que en Brujas permite además disfrutar con más calma de los paisajes y el estilo de vida de Flandes.

Panorámica de Damme, un pueblo del norte de Bélgica rodeado de molinos y verdes praderas
Damme se encuentra a solo media hora en bici de Brujas

8. Rochefort, un icono de la cerveza trapense

Antes que nada, una aclaración. No, Rochefort nada tiene que ver con el queso. Pero se trata de uno de los pueblos más bonitos de Bélgica que merece la pena visitar. La razón no es otra que su cerveza trapense, llamada así por estar elaborada en monasterios de esta denominación.

Por ello, la abadía de Rochefort es una de las joyas imprescindibles del pueblo. En ella, se elabora una exquisita cerveza trapense desde nada menos que el siglo XVI. Podrás probarla en diferentes brasseries, que se encuentran distribuidas por buena parte del casco histórico.

Hay unas dos horas de trayecto en tren desde Bruselas hasta la estación de Rochefort, la cual se encuentra a su vez a aproximadamente una hora y media a pie de la abadía.

Vista panorámica de una abadía
La abadía de Rochefort es famosa por su cerveza trapense

9. Ypres, la ciudad de la paz

Desde Bruselas, volvemos a Flandes en un tren que en solo dos horas nos lleva a Ypres, la llamada ciudad de la paz. La crudeza de la I Guerra Mundial alcanzó tal virulencia en esta localidad, que numerosos memoriales recuerdan a las víctimas para honrar su memoria, en un alegato contra la no-violencia.

En la actualidad, Ypres es un destino más que recomendable que combina a la perfección la arquitectura típica flamenca, pero sin la saturación de Brujas o Gante. Como en toda ciudad típica del norte de Bélgica, su centro neurálgico es la Grote Markt. En esta céntrica plaza podrás visitar el museo de la ciudad, el de la I Guerra Mundial y, justo detrás, la antigua catedral de San Martín. Si, además, compartes conmigo la afición a la bici, Ypres cuenta con la llamada Ruta ciclista de la paz. Se trata de un itinerario muy llano que transcurre entre diferentes lugares conmemorativos, cementerios de guerra y monumentos relacionados con la primera contienda mundial.

Vista panorámica de un ayuntamiento flamenco
El Ayuntamiento de Ypres es toda una joya arquitectónica

10. Bouillon, todo un viaje a la Edad Media

Y para concluir esta lista sobre los 10 pueblos más bonitos de Bélgica, nos vamos a Bouillon. Se trata de una coqueta localidad situada en el extremo sur del país, a escasos kilómetros de la frontera con Francia.

Llegar en transporte público es complicado, pero en coche solo hay dos horas entre Bruselas y Bouillon. Pasear por este pueblo situado a orillas del río Semois es todo un privilegio: escasos coches y turistas dan paso a bellas calles adoquinadas. El Museo Ducal y el castillo son los principales reclamos de este municipio donde, si buscas tranquilidad en un entorno único, aquí la hallarás sin problemas.

Panorámica del pueblo belga de Bouillon, situado a orillas de un río
Bouillon es un precioso pueblo donde se respira tranquilidad

¿Cómo moverse por Bélgica?

Tal y como te he ido señalando a lo largo del artículo, todos los pueblos referidos (a excepción de Bouillon) están conectados con Bruselas por tren.

Una buena opción es adquirir un billete de tren de fin de semana, que tiene un 50% de descuento respecto al precio de los días laborables. Podrás adquirir estos tickets tanto en las taquillas de cada estación como en sus máquinas expendedoras, así como también en la aplicación y web de la SNCB, la web oficial de la compañía belga de transportes ferroviarios.

¿Cuál es la mejor época para viajar a Bélgica?

La mejor época es la primavera o el verano, cuando el clima es más favorable y las principales atracciones turísticas amplían su horario.

Por mi experiencia personal, se debe evitar el otoño y el invierno. A las lluvias, el frío o la niebla, hay que sumarle una menor disponibilidad de transporte público y el cierre de numerosos museos y monumentos.

Excursiones cercanas a países vecinos

La cercanía de Bélgica con Países Bajos, Francia, Alemania y Luxemburgo, permite conocer pequeños pueblos o ciudades de estos países, a los que es muy fácil llegar desde Bruselas:

Luxemburgo

Tanto el país como la capital del Gran Ducado son muy accesibles desde la capital belga, ya sea por tren o autobús. En mi caso, la primera vez fui en ferrocarril y la segunda por carretera. Desde luego, hay opciones para todos los gustos y presupuestos, y también podrás acudir con esta excursión a Luxemburgo desde Bruselas.

Bandera de Luxemburgo ondeando en primer planto frente a la escultura de la Dama de Oro en un día despejado.
Dama de Oro, una de las esculturas más famosas de Luxemburgo, símbolo de la independencia del país.

Aquisgrán

Esta ciudad alemana, capital del imperio de Carlomagno, destaca por su preciosa catedral. Desde Bruselas, es posible tomar un tren hasta Lieja, como hice yo, y desde ahí un nuevo tren o un autobús hasta Aquisgrán. Si lo deseas, también tienes la posibilidad de realizar esta excursión a Aquisgrán y Colonia.

Maastricht

Cuando fui a Aquisgrán, también aproveché para cruzar la frontera de los Países Bajos y visitar Maastricht, una preciosa ciudad neerlandesa donde hay numerosas actividades que hacer, como este free tour por Maastricht.

Lille

Por último, la cercanía de Bélgica con Francia permite conocer destacadas ciudades como Lille, en el norte del país galo. En mi caso, desde la capital belga tomé un autobús que, por tan solo 5 euros, me llevó hasta esta encantadora urbe, donde tendrás la posibilidad de realizar este free tour por Lille.

Vista de las torres y la bolsa de Lille, ciudad del norte de Francia
Lille, ciudad del norte de Francia, se encuentra muy cerca de Bruselas

Tras conocer los pueblos más bonitos de Bélgica, así como también las ciudades más atractivas de los países de alrededor, solo me queda desearte un feliz viaje al país de la cerveza, el chocolate y las patatas fritas. Y recuerda, hay numerosas excursiones, tours y visitas guiadas en Bélgica que podrás realizar en español. ¿Ya sabes cuál será tu próxima escapada?

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