Qué ver en Breslavia o Wroclaw: 14 maravillas de la capital de Silesia
Una joya oculta, con unos precios muy asequibles, repleta de pequeños gnomos y con un centro histórico encantador. Así describimos a Wroclaw, una coqueta ciudad del suroeste de Polonia que, pese a ser poco conocida a nivel turístico, es un auténtico tesoro. Hemos llegado hasta este destino yendo en autobús desde Praga, un viaje largo, pero que nos ha traído grandes sorpresas. No obstante, hay otras muchas formas de llegar. Está a solo una hora y media en tren de Poznan y también se puede ir desde Cracovia o Varsovia, aunque están algo más lejos.
¿Qué hay que ver en Breslavia? Wroclaw, como se conoce la ciudad en el idioma local, es famosa por su ambiente universitario y sus canales. De hecho, algunos se refieren a ella como la Venecia de Polonia. Sus edificios de colores y la infinidad de duendes repartidos por toda la ciudad son sus señas de identidad. Además, según cuentan, aquí se fundó la cervecería más antigua de Europa. ¡Y sigue abierta hoy en día!
Para facilitar una escapada a este destino, hemos seleccionado sus lugares y monumentos más emblemáticos. Simplificamos el itinerario haciéndolo de forma concéntrica, es decir, comenzando desde el corazón de la ciudad y poco a poco explorando sus alrededores. De esta manera, podrás organizar a la perfección tu viaje según el tiempo que vayas a estar allí. ¿Cuántos días son necesarios para ver Breslavia? Se puede ver lo esencial en uno o dos días, pero si quieres empaparte de su atmósfera y descubrir cada rincón con calma te recomendamos dedicarle tres días completos. Wroclaw te espera para sorprenderte.
14 imprescindibles que ver en Breslavia
1. Plaza Rynek o Plaza del Mercado
Nada mejor para empezar a conocer los imprescindibles de Breslavia que adentrarse en su Plaza del Mercado o Rynek. Es una de las plazas medievales más grandes de Europa y sorprende por los bonitos edificios de colores pastel que la rodean. La mayoría de estas construcciones eran casas burguesas que fueron prácticamente destruidas durante la Segunda Guerra Mundial. Afortunadamente, los trabajos de reconstrucción nos permiten ver hoy en día un conjunto monumental realmente estético, repleto de fachadas góticas, renacentistas y barrocas.
Pasear por esta zona es un deleite para los sentidos. Además, hay bastantes restaurantes y, pese a ser un área muy popular, los precios de las comidas no son muy elevados. Aconsejamos probar en esta área los pierogi, un plato tradicional que parece combinar características de la pasta rellena y las empanadillas o, incluso, las gyozas. ¡Son pura delicia!
Por cierto, para un primer día en Wroclaw recomendamos siempre unirse a un free tour por Breslavia o un tour privado con guía en español. Este tipo de actividades te permitirán conocer mejor el pasado de estas tierras y entender así la historia de los diferentes monumentos que te irás encontrando durante el viaje.

2. Antiguo Ayuntamiento y Nuevo Ayuntamiento
Dentro de la propia Plaza del Mercado tenemos que hacer una mención especial a otro de los monumentos más emblemáticos que hay que ver en Breslavia. En el centro de la plaza se alza el impresionante Antiguo Ayuntamiento o Stary Ratusz, una obra maestra del gótico que llama la atención por el reloj astronómico que luce en su torre. Se puede visitar su interior abonando la entrada al museo del Arte Burgués o acudiendo a su sótano, donde se encuentra la Piwnica Swidnicka, una de las cervecerías más antiguas de Europa. ¡Tiene más de 800 años! Según dicen, por este bar han pasado reyes, príncipes y otras ilustres personalidades, ya que cuenta con pasadizos secretos que lo conectan con otros edificios de la ciudad. ¿Será cierto?
Justo detrás, se encuentra el Nuevo Ayuntamiento o Nowy Ratusz, un edificio del siglo XIX construido en estilo neogótico, que contrasta elegantemente con su predecesor. Aunque es menos histórico, su arquitectura demuestra la evolución de la ciudad a lo largo de los siglos. Al fin y al cabo, ambos ayuntamientos son un testimonio de la riqueza y el poder que tuvo Breslavia tiempo atrás.

3. Gnomos de Wroclaw
Pese a que su historia es extensa y sus monumentos son puras joyas, nada es tan famoso en Breslavia como sus gnomos. Las calles están plagadas de pequeñas figuritas de bronce que rinden homenaje a diferentes oficios, momentos clave en el pasado de la ciudad, aspectos de la vida cotidiana… ¡Hay más de 300!
Si paseas cerca de la Universidad, te encontrarás un pequeño gnomo catedrático. ¿Estás junto a la oficina de turismo? Verás un gnomo con una cámara haciendo fotos a la Plaza del Mercado. ¿Ves el edificio de la antigua prisión? Allí encontrarás un gnomo encadenado junto a una de sus ventanas. Que pasas por una iglesia que antaño se salvó de las llamas, allí estarán los gnomos bomberos. Podríamos dedicar horas y horas a hablar y escribir de estas pequeñas criaturas.
Tal es su popularidad, que la web oficial de turismo de Breslavia ha creado un mapa donde se muestra la ubicación de todos y cada uno de ellos. No obstante, para nosotros, lo mejor es irse topando con cada gnomo casi por casualidad. Te aseguramos que la ‘caza de gnomos’ es uno de los planes más divertidos que hacer en Breslavia. ¡No pararás de hacer fotos!

4. Casas de Hansel y Gretel
Seguimos en el centro de la ciudad para descubrir otro de los imprescindibles que hay que ver en Breslavia. En una de las esquinas de la Plaza del Mercado se alzan las llamadas casas de Hansel y Gretel. Se trata de dos edificios medievales que han recibido este apodo por estar unidos entre sí por un arco, como si de una pareja de hermanos se tratase.
Antaño, el arco de estas edificaciones marcaba la entrada a un cementerio que, con el tiempo fue trasladado. Hoy en día, ha quedado para el recuerdo este conjunto arquitectónico peculiar que atrae las miradas de todos los turistas. Por cierto, también hay gnomos en sus alrededores. ¿Quién se anima a localizarlos?

5. Basílica de Santa Isabel de Hungría
Junto a las casas de Hansel y Gretel localizamos uno de los templos religiosos más importantes de la ciudad, la basílica de Santa Isabel de Hungría. Aunque actualmente es de culto católico, fue durante unos 400 años la principal iglesia luterana de Breslavia. Asimismo, sobrevivió a un terrible incendio ocurrido en el año 1976.
Visitar el interior de la basílica es totalmente gratis, aunque su decoración es bastante austera, por lo que no ofrece grandes sorpresas. Si destaca, en cambio, su torre-mirador, que ofrece unas increíbles vistas de la ciudad a unos 90 metros de altura. Para subir hay que sortear más de 300 escalones, pero el esfuerzo merece la pena. Los tickets de acceso al mirador se compran directamente en el monumento y los precios suelen ser bastante económicos, por lo que recomendamos la visita.

6. Viejo mercado de la carne
Dejando atrás la basílica de Santa Isabel de Hungría empezamos a callejear y nos topamos así con un pequeño callejón conocido como Stare Jatki. Aquí se asentaba antiguamente el gremio de carniceros, siendo un importante epicentro económico de la ciudad.
¿Por qué hay que visitar la zona? Porque aquí se puede ver una hilera de fachadas de estilo medieval muy bien conservadas. Estos edificios, con vigas de madera descubiertas, albergan galerías de arte, tiendas de artesanía y negocios de souvenirs, pero tiempo atrás conformaban el viejo mercado de la carne de Wroclaw. Un lugar con mucha historia.

7. Puente de los Penitentes e iglesia de Santa María Magdalena
Otro de los mejores miradores de Breslavia es el puente de los Penitentes que une las dos torres de la iglesia de Santa María Magdalena. Este santuario, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII, es una de las iglesias más antiguas de Wroclaw. Su interior es más bien austero debido a los ataques de la Segunda Guerra Mundial pero, como hemos comentado, su torre guarda un auténtico tesoro.
Accediendo a la parte alta de la iglesia, tras abonar una pequeña tasa adicional, nos encontramos con el puente de los Penitentes, conocido igualmente como puente de las Brujas. Esta pasarela, a unos 45 metros de altura, ofrece una vista singular de los tejados de la ciudad, sus casas de colores pastel y, al fondo, la basílica de Santa Isabel de Hungría. Eso sí, si viajas en temporada de frío sube abrigado, ya que al ser al aire libre suele haber fuertes corrientes de viento.
El nombre del mirador proviene de una antigua leyenda, haciendo referencia a unas mujeres que trataban de seducir a hombres promoviendo la lujuria por encima del matrimonio o la familia. Puede que este mensaje resulte anacrónico en el presente pero, según dicen, fue el que dio origen al nombre.

8. Universidad de Breslavia y Aula Leopoldina
La Universidad de Breslavia es una de las instituciones académicas más antiguas y prestigiosas de Europa Central, y uno de los monumentos más impresionantes de la ciudad. Honestamente, fue uno de los motivos que nos impulsaron a visitar este destino. Cuando veíamos fotos de sus diferentes estancias sabíamos que queríamos verlas en primera persona.
Aunque el edificio principal cuenta con varias áreas y exposiciones museísticas, lo más increíble es el Aula Leopoldina, cuyo nombre proviene de Leopoldo I, quien fundó la Universidad en el año 1702. Este salón de ceremonias está considerado como uno de los monumentos no religiosos mejor conservados de Polonia. Se trata de una auténtica joya barroca, repleta de coloridos frescos y esculturas decoradas con detalles dorados. No se puede describir con palabras, sentarte aquí y dedicar tiempo a comprobar los detalles de las pinturas y el resto de obras de arte es un deleite para los sentidos. Para comprar las entradas, dejamos aquí el enlace directo:
El billete de acceso al complejo de la universidad incluye igualmente la subida a la torre Matemática, el Oratorium Marianum y la Escalera Imperial. ¡Pura belleza!

9. Puente de los Enamorados
Dejamos atrás el corazón de Breslavia y nos dirigimos a las orillas del río Oder, donde se encuentra un conjunto de pequeñas islas separadas por coquetos canales. Ya decíamos al principio que estábamos en la Venecia polaca. En esta zona destaca el Most Tumski, un puente que conecta la isla Wyspa Piasek con la zona de la Catedral, conocida como Ostrów Tumski.
El puente, conocido popularmente como puente de los Enamorados, ofrece unas bonitas vistas del río con la Catedral al fondo. Asimismo, como ocurre en otras muchas ciudades de Europa, es famoso por los candados que miles de parejas de enamorados han ido dejando durante años. No obstante, no está permitido colocar más candados para evitar problemas estructurales en la construcción. De hecho, hay incluso una escultura de un gnomo y una placa que piden expresamente respeto a esta área.
El ambiente que se respira junto al puente suele ser bastante tranquilo, especialmente al atardecer. Para nosotros, un lugar de visita obligada. Por cierto, para quien no quiera andar mucho, otra opción para moverse por la ciudad es participando en un tour privado en coche eléctrico por Breslavia. Verás que hay varios de estos vehículos circulando por el casco histórico y sus alrededores.

10. Catedral de Breslavia
Cruzando el río Oder nos encontramos rápidamente con uno de los edificios más emblemáticos que hay que ver en Breslavia, la imponente catedral de San Juan Bautista. Este majestuoso templo gótico, con sus dos altas torres de 98 metros, ha sido reconstruido varias veces a lo largo de los siglos, especialmente tras los intensos daños de la Segunda Guerra Mundial. Afortunadamente, estos trabajos han permitido que sigamos pudiendo ver el monumento con su esplendor original.
La Catedral es el centro espiritual de Breslavia y su entrada es gratuita. En su interior, podrás admirar sus hermosas vidrieras, sus capillas o su impresionante órgano. Cuenta con un mirador en una de sus torres que sí requiere el pago de una entrada adicional, pero tiene una gran ventaja respecto a otros observatorios. ¡Tiene ascensor! Si subir escaleras no es lo tuyo, entonces éste es el mirador que debe estar en tu lista.
Las vistas desde lo alto de la catedral de Breslavia permiten ver mejor las islas. Esto lo diferencia mucho de otros miradores como el de la basílica de Santa Isabel de Hungría o el puente de los Penitentes. Si bien es cierto que las torres de las otras dos iglesias, al estar más céntricas, permiten ver la bonita Plaza del Mercado desde las alturas.

11. Farolero de Breslavia
Cuando hablamos del farolero de Breslavia, no nos referimos precisamente a una atracción turística sino a un oficio ancestral que sigue vigente en esta ciudad en la actualidad. Lo que para los locales es algo común y cotidiano, para los turistas se convierte en todo un atractivo que se ha convertido en el foco de numerosos vídeos en TikTok y otras redes sociales.
Las farolas de la isla de la Catedral no siguen un sistema eléctrico, como es lo habitual hoy en día. Funcionan con gas y esto significa que, como se hacía antaño, cada tarde, un farolero va abriendo las llaves del gas de cada una de estas farolas manualmente. El farolero llega aproximadamente al atardecer a las inmediaciones de la Catedral y, desde ahí, inicia una ruta a pie por unas 100 farolas hasta que toda la zona está perfectamente iluminada.
Resulta enormemente curioso ver cómo Breslavia es uno de los pocos lugares del mundo que conserva esta tradición. En Praga, por ejemplo, sucede algo similar en el puente de Carlos pero exclusivamente durante la temporada de Adviento. En Wroclaw esta magia ocurre cada día. Eso sí, no hace falta ir persiguiendo al farolero por cada calle en manada. Basta con esperar junto a alguna esquina y aguardar a que llegue para evitar así interrumpir su buena labor.

12. Panorama de Racławice
Vamos llegando al final de esta lista de lugares que hay que ver en Breslavia. Aunque en la ciudad hay varios museos, ninguno es tan famoso a nivel internacional como el Panorama de Racławice. Se trata de un curioso edificio que alberga una gigantesca pintura circular de 114 metros de largo y 15 de alto. La obra, que se encuentra a unos 15 minutos a pie de la Catedral o la Plaza del Mercado, representa la batalla de Racławice de 1794, una conocida victoria polaca contra el ejército ruso.
El mero hecho de ser una pintura circular ya es curioso pero, además, el juego de luces y sombras y el grado de realismo de la obra hacen que sea completamente envolvente. Una forma diferente de sumergirse en uno de los eventos clave de la historia de Polonia. Para conocer los horarios actualizados del museo, aconsejamos consultar la web oficial del Panorama Racławice antes de acudir.

13. Palacio Real de Breslavia
Polonia fue una monarquía durante gran parte de su historia y, de esta época, aún existen en el país algunos ejemplos de residencias palaciegas destinadas a la Corona. En concreto, el que podemos visitar en Breslavia perteneció a los reyes prusianos de la casa de Hohenzollern, una de las dinastías más importantes de Europa.
Como ha ocurrido con otros muchos edificios de la ciudad, el palacio ha sido reconstruido tras los estragos de la Segunda Guerra Mundial. Ahora, alberga el Museo Municipal de Wroclaw, que ofrece un amplio recorrido por la historia de la capital de Silesia. Puede que la visita sea algo densa para algunos turistas pero si la historia es lo tuyo, este lugar será tu paraíso. Cuenta con más de 3.000 objetos de diferentes épocas que van de la Edad Media al presente y que sirven para entender la evolución de la ciudad.

14. Distrito de los Cuatro Templos
A escasos pasos del Palacio Real se encuentra el antiguo barrio judío de Breslavia, hoy conocido como distrito de los Cuatro Templos. Este vecindario, que bordea el centro histórico, es un ejemplo de tolerancia y respeto religioso. Aquí podemos ver santuarios de diferentes confesiones conviviendo en perfecta armonía: la iglesia católica de San Antonio de Padua, la iglesia ortodoxa de la Natividad de la Madre de Dios, la iglesia evangélica luterana de la Divina Providencia y la sinagoga de la Cigüeña Blanca.
Este distrito tiene un carácter más local que otros puntos de la ciudad y, aunque quizás sea menos espectacular, resulta interesante pasear por la zona admirando la arquitectura de cada templo. Lo recomendamos especialmente si se va a estar en Breslavia 2 días o más. En cualquier caso, la mejor forma de explorar esta área tan histórica es unirse a un free tour por el barrio judío de Breslavia.

Breslavia en Navidad
Si tienes la suerte de visitar Breslavia durante la época navideña, la ciudad está todavía más bonita. Varias de sus plazas y calles del centro histórico alojan mercadillos de Navidad realmente encantadores. Normalmente, están abiertos desde mediados o finales de noviembre y se mantienen hasta la primera semana de enero. En sus diferentes puestos es posible comprar velas, piezas de artesanía, bufandas, souvenirs y, por supuesto, algo de comida. Eso sí, te recomendamos llevar algo de efectivo, ya que en muchos de estos establecimientos no se aceptan pagos con tarjeta.
Por otra parte, para tomar un vino caliente o un chocolate, tal y como suele hacerse en otros mercadillos de Navidad de Europa, es habitual tener que dejar una fianza para el vaso. Después, podrás decidir si entregar este vaso y te devuelven la fianza o, no hacerlo, y llevarte a modo de recuerdo la taza en cuestión. Estos recipientes suelen tener decoraciones muy bonitas y a veces formas curiosas, como de bota, así que muchas veces merece la pena perder el dinero de la fianza y conseguir así un souvenir original.
Sea como sea, independientemente de la época, creemos que Breslavia es un destino mágico y que merece ser conocido. Esperamos que esta guía haya servido para animarte a explorar la ciudad y facilitar un poco la organización del viaje. Para más información, puedes consultar el catálogo completo de tours y actividades en Breslavia de Civitatis.