Qué ver en Lyon: 10 lugares de visita obligada

Lyon es una ciudad que cautiva a cada paso. Con su imponente arquitectura, sus dos majestuosos ríos y una cultura gastronómica que la ha hecho famosa en el mundo entero, la antigua capital de la Galia es un destino ideal para cualquier viajero. Pero… ¿qué hay que ver en Lyon? Resolvemos esta incógnita recopilando los imprescindibles de estas tierras. Empezaremos por su centro histórico, reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, para poco a poco ir conociendo otras zonas de gran interés expandiéndonos hacia sus barrios más emblemáticos. ¡Vamos allá!
Sea como sea, una muy buena opción para profundizar en la historia y los principales iconos monumentales de este lugar, recomendamos participar en un free tour por Lyon o una ruta privada. Asimismo, existen alternativas más cómodas para visitar la ciudad en poco tiempo y sin necesidad de andar, como el tour en tuk tuk por Lyon.
Los 10 imprescindibles que ver en Lyon
1. Place Bellecour y la Presqu’île
La place Bellecour es corazón de Lyon y, por tanto, un lugar de visita obligada. La plaza destaca por albergar una estatua ecuestre del rey Luis XIV y por sus grandes dimensiones. Mide unos 62.000 metros cuadrados y está considerada como una de las plazas peatonales más grandes de Europa. Como añadido, desde aquí parten dos de las principales vías comerciales de la ciudad, la rue Victor Hugo y la rue de la République. Sin duda, las mejores zonas para hacer compras en Lyon.
Como añadido, la place Bellecour es un perfecto punto de partida para adentrarse en la Presqu’île. Se trata de una península situada entre los ríos Ródano y Saona considerada como el distrito más popular de la ciudad. Cafeterías con encanto, casas con coquetos balcones, teatros, cines, hoteles… Un hervidero cultural y turístico por el que conviene pasear sin rumbo dejándose llevar por su buen ambiente.

2. Ópera Nacional de Lyon y Ayuntamiento
No muy lejos de la place Bellecour encontramos la place des Terreaux, uno de los lugares más bonitos que ver en Lyon. Aquí se encuentra el Ayuntamiento, el Museo de Bellas Artes y una majestuosa fuente ideada por Bartholdi, el escultor de la Estatua de la Libertad. Curioso, ¿verdad?
Justo detrás del Ayuntamiento nos topamos con otro importante monumento, la Ópera Nacional de Lyon. Este edificio, originario del siglo XIX, fue remodelado en 1993, época en la que se le añadió una sorprendente y vanguardista cúpula de cristal que lo hace inconfundible. Su icónica silueta es una de las imágenes más reconocibles de Lyon, especialmente cuando se ilumina por la noche.
Tanto la Ópera como el Consistorio son magníficos ejemplos de la convivencia entre la tradición y la modernidad en el corazón de la ciudad. En caso de querer indagar más en esto, la visita guiada por Lyon es un acierto seguro.

3. Barrio del Vieux Lyon
Dejamos atrás ahora la zona de Presqu’île y nos adentramos al barrio del Vieux Lyon cruzando el río Saona. Esta área es conocida por su combinación de edificios medievales y renacentistas que se disponen a lo largo de un auténtico laberinto de calles estrechas y empedradas. Su encanto es innegable. Sus fachadas coloridas y sus balcones de hierro forjado son pura belleza. Sin duda, una de las zonas más instagrameables de este destino.
A nivel monumental llama especialmente la atención la catedral de San Juan, construida entre 1180 y 1480 y con una gran mezcla de estilos arquitectónicos; la maison des Avocats, con su patio renacentista; el temple du Change, un santuario de culto protestante; o la iglesia de Saint-Paul, una de las más antiguas de la ciudad.
Por si esto fuera poco, el Vieux Lyon está repleto de tiendas de artesanía y varios restaurantes tradicionales conocidos como bouchons. Se trata de locales de carácter antiguo y donde se preserva al máximo la tradición culinaria de Lyon. Aconsejamos reservar mesa en algunos de estos espacios del buen comer para disfrutar de la exquisita gastronomía local.

4. Traboules
Está claro, los verdaderos tesoros que hay que ver en el Vieux Lyon se esconden en sus patios y calles ocultas. Hablamos en concreto de los traboules, un conjunto de curiosos pasadizos peatonales que atraviesan edificios privados y conectan las calles desvelando a los visitantes rincones de lo más encantadores.
Estos callejones fueron construidos tiempo atrás por los tejedores de seda con el objetivo de transportar sus mercancías de manera segura y evitar que éstas se mojaran en los días de lluvia. Se estima que hay unos 300 traboules repartidos en la ciudad y uno de los más conocidos es el que da acceso al patio renacentista de la Tour Rose, que esconde una llamativa torre rosa.
Cabe decir que estos pasajes sirvieron igualmente como escondites durante la Resistencia francesa en la Segunda Guerra Mundial, lo que les otorga cierto aura de misterio. Explorar los traboules es un plan casi obligado que hacer en Lyon, toda una aventura y una oportunidad para adentrarse en la intimidad de los edificios y descubrir patios y galerías que no se ven a simple vista. Para visitar algunos de estos pasadizos y conocer detalles de lo más llamativos de su pasado, el free tour por los traboules y miraboules del Vieux Lyon es una actividad perfecta.

5. Basílica de Notre-Dame de Fourvière
Junto al barrio del Vieux Lyon se alza la colina de Fourvière, el punto fundacional de la ciudad en tiempos del Antiguo Imperio Romano. Este monte está coronado por la basílica de Notre-Dame, uno de los santuarios más importantes que ver en Lyon.
El templo es visible desde numerosos puntos de la ciudad gracias a su ubicación estratégica. Es una obra de finales del siglo XIX que combina estilos neobizantino y neogótico. Además, sus terrazas ofrecen unas excelentes vistas de los alrededores. Admirar la Presqu’île y los dos ríos extendiéndose por estas tierras es una auténtica maravilla.
Existen diferentes opciones de transporte público para llegar hasta esta basílica. No obstante, nosotros recomendamos optar por el funicular de Lyon, que ofrece un viaje panorámico realmente especial. Los billetes están incluidos en la Lyon City Card, una de las tarjetas turísticas más completas de la ciudad.

6. Teatro galo-romano
¿Más que ver en Lyon? A escasos cinco minutos a pie desde la basílica de Notre-Dame de Fourvière localizamos el teatro romano más antiguo de Francia. Este monumento permite hacer un viaje en el tiempo para descubrir uno de los epicentros del ocio de la antigua Lugdunum, fundada en el 43 a.C.
Por si esto fuera poco, durante los meses de verano esta zona se llena aún de más vida con la celebración del festival de música y danza Nuits de Fourvière. Una oportunidad única para ver a artistas interpretando en un lugar con miles de años de historia.

7. Barrio de la Croix-Rousse
No alejamos ahora un poco del Vieux Lyon y nos dirigimos hacia el norte de la ciudad para conocer la Croix-Rousse, un distrito con una identidad propia muy marcada. Antiguamente fue el epicentro de la industria de la seda en Lyon, un lugar donde los canuts, o tejedores de seda, vivían y trabajaban. Este capítulo de la historia se puede percibir en la arquitectura del barrio, con sus edificios altos y con techos especialmente diseñados para albergar telares.
Hoy en día, es un barrio bohemio y alternativo, lleno de talleres de artistas, boutiques de diseñadores y mercados locales. Sus calles empinadas cuentan también con algunos traboules que permiten seguir descubriendo y admirando auténtica vida local.

8. Murales de Lyon
Lyon es una ciudad conocida por sus murales trompe-l’œil. ¿Qué son? Se trata de trampantojos, es decir, pinturas que engañan a la vista simulando fachadas, personas o paisajes. Estos frescos gigantes de arte urbano se encuentran repartidos por diferentes barrios y son todo un reclamo turístico. ¿Ganas de descubrirlos en un tour del arte urbano por Lyon?
El más famoso de todos el Mur des Canuts o Muro de los Canuts, situado en la Croix-Rousse, concretamente en el boulevard des Canuts. Es uno de los murales más grandes de Europa y se va renovando cada diez años para reflejar los cambios en el barrio y en la vida de sus habitantes. El Fresque des Lyonanais o La Bibliothèque de la Cité son otros de los murales de Lyon más famosos.

9. Parc de la Tête d’Or
Seguimos con esta lista de lugares que ver en Lyon centrándonos ahora en una de sus áreas verdes. Hablamos de un auténtico oasis donde poder desconectar, respirar aire puro y, si el tiempo acompaña, tomar un pícnic al aire libre. En este contexto, el parc de la Tête d’Or es el lugar perfecto para disfrutar de unas horas de relax y paz. Se encuentra a unos 30 minutos andando desde el centro o a unos 15 minutos en transporte público, por lo que es muy fácil llegar hasta aquí. ¡Imposible resistirse!
Este pulmón verde tiene una extensión de 117 hectáreas y se dice que es uno de los parques urbanos más grandes de Francia. Cuenta con un lago, un jardín botánico, un zoológico gratuito y numerosas zonas para relajarse o practicar deporte. Aunque es un área de disfrute para cualquier tipo de público, es un espacio especialmente interesante para quienes viajen a Lyon con niños.
Por cierto, una forma diferente y original de explorar este parque es reservando un tour en bicicleta por Lyon. Un plan perfecto para combinar deporte y turismo en un mismo día.

10. Musée des Confluences
Situado en la punta más al sur de la Presqu’île, donde los ríos Ródano y Saona se unen, el Musée des Confluences o Museo de las Confuencias es una visita obligada para los amantes de la arquitectura y la ciencia. Su diseño vanguardista llama la atención desde el exterior pero, además, su interior guarda una colección de lo más completa que aúna historia natural y sociedad.
El museo se presenta como una enciclopedia de la historia de la humanidad y la Tierra, con exposiciones que abarcan la antropología, la etnología, la biología y la geología. Un lugar donde poder indagar en la evolución de la vida y en el rol de diferentes sociedades en el mundo.
Como es previsible, el nombre del museo proviene de su ubicación en la confluencia de dos ríos. En este sentido, para conseguir una perspectiva diferente de este lugar y de la ciudad, recomendamos dar paseo en barco por Lyon. ¿Quién se anima?

¿Qué comer en Lyon?
No se puede hablar de este destino sin mencionar su gastronomía. Sin lugar a dudas, uno de los mejores lugares donde comer en Lyon es en Les Halles Paul Bocuse. Este mercado cubierto es descrito por muchos como el templo de la cocina lionesa. Su nombre es un homenaje al chef francés Paul Bocuse, uno de los mejores cocineros del siglo XX. No es de extrañar entonces que este lugar sea un festín para los sentidos.
El mercado está conformado por varios pisos donde se reparten tanto puestos de venta gourmet como áreas de restauración. Aquí se encuentran los mejores productores de la región: queseros, charcuteros, panaderos, pasteleros… ¡Todo es pura delicia! El queso Saint-Marcellin, las salchichas secas o el toque dulce del praline rose son solo algunos ejemplos de las delicias que se pueden catar en este edificio.
Para poner el broche de oro a una visita por esta capital gastronómica, existen recorridos especializados en la cocina local. Nada como formar parte de un tour gastronómico por Lyon para probar productos de la región y entender la cultura culinaria.

Mejor época para ir a Lyon
Ahora que ya conocemos los lugares más emblemáticos que hay que ver en Lyon quizás sea interesante saber cuál es la mejor época para visitar la ciudad. Aunque es una duda muy habitual entre los viajeros, lo cierto es que en este destino concreto, cualquier época del año es buena y tiene un encanto diferente.
La primavera y el verano, de abril a septiembre, son ideales para disfrutar de las terrazas de los cafés y de los festivales al aire libre. Otra ventaja es que los días son largos y esto permite disponer de más horas de luz para conocer la ciudad. Por su parte, el otoño coincide con la temporada de la cosecha por lo que las cocinas de los tradicionales bouchons está en su momento álgido.
Igualmente, no podemos evitar citar al mes de diciembre, cuando se celebra la Fête des Lumières o Fiesta de las Luces. Este evento ilumina la ciudad con espectaculares proyecciones y espectáculos de luz. Todo un regalo navideño de Lyon.
En cualquier caso, como hemos dicho, cualquier momento puede ser una buena oportunidad para visitar este destino. Otros meses invernales por ejemplo ofrecen temperaturas bastante frías pero, como punto a favor, se produce una bajada en los precios de los vuelos y los hoteles. Todo dependerá del tipo de viaje deseado y el presupuesto con el que se cuente.

Y llegamos así al final de este artículo especial en el que hemos organizado una ruta sugerida para no perderse ninguno de los imprescindibles que hay que ver en Lyon. Sin duda, un destino que se vive con los cinco sentidos. Rincones secretos, monumentos que nos llevan hasta la época romana y una gastronomía excelente conquistan a miles de viajeros semana tras semana. Un lugar que combina a la perfección la elegancia y el dinamismo de una gran metrópoli con la calidez y el encanto de un pueblo histórico.
Para más información de este destino, nada mejor que echar un vistazo a nuestro completo catálogo de excursiones, visitas guiadas y actividades en Lyon.