Qué ver en Tallin: 10 imprescindibles de la capital de Estonia

La capital de Estonia es una parada muy habitual en los cruceros por el Báltico que tienen lugar especialmente en verano y, también, es muy popular en Navidad, cuando acoge uno de los mercadillos de Adviento más bonitos de Europa. No obstante, cualquier época del año es perfecta para explorar su casco antiguo, un espacio catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Para disfrutar de este lugar como se merece, recopilamos en este artículo los imprescindibles que hay que ver en Tallin, desde sus principales iglesias hasta sus calles y miradores con más famosos.
A lo largo de esta lista descubriremos los espacios más emblemáticos de la ciudad, así como algunas experiencias y actividades útiles para profundizar en su pasado. En cualquier caso, para una primera visita aconsejamos siempre unirse a un free tour por Tallin o un tour privado para empezar a hacerse una idea del hoy, el ayer y el mañana de este fascinante destino. Su aspecto medieval y sus coquetas casas de colores bien podrían ser el escenario de un cuento de hadas.
1. Calle Pikk
Los que llegan a esta ciudad como turistas suelen comenzar por la calle Pikk, la principal arteria de Tallin. Paseando por esta vía podemos empezar a hacernos una idea de su estética arquitectura y su encanto medieval.
La calle Pikk atraviesa prácticamente todo el centro histórico y está repleta de edificios del medievo muy bien conservados. Una de sus estructuras más famosas las localizamos en el número 71, donde se levantan Las Tres Hermanas, un conjunto de antiguos edificios gremiales de lo más fotogénicos. Sin duda, es uno de los rincones más bonitos que hay que ver en Tallin.
En caso de visitar esta zona en la temporada invernal es muy habitual encontrarla totalmente nevada, lo que le da un aura aún más especial. ¡Pura magia!

2. Iglesia de San Olaf
Atravesando la calle Pikk nos topamos con uno de los monumentos religiosos más emblemáticos de la capital de Estonia: la iglesia de San Olaf. El templo, cuyos primeros registros datan del siglo XII, ha sufrido diferentes incendios e, incluso, fue ocupado por la KGB soviética para ser utilizado como punto de vigilancia. Precisamente por este turbulento pasado, ha vivido numerosas obras de remodelación y rehabilitaciones.
Aunque el interior del santuario es más bien austero, su torre de 127 metros es uno de sus elementos más característicos. De hecho, fue el edificio más alto de Tallin durante casi 100 años. Hoy en día, es posible coronar su cima abonando una pequeña tasa en la iglesia. Desde lo alto se obtiene una de las mejores panorámicas de la ciudad. ¡Momento foto!
En caso de estar especialmente interesados en vistas de altura, la entrada a la Torre de la Televisión de Tallin o la entrada a Skywheel Tallin ofrecen también unas perspectivas únicas. Eso sí, estos iconos se encuentran fuera del casco antiguo, por lo que habrá que desviarse un poco para llegar hasta ellos.

3. Plaza del Ayuntamiento de Tallin
¿Más que ver en Tallin? La calle Pikk nos conduce igualmente hasta la plaza del Ayuntamiento, el corazón de la capital de Estonia. Es uno de los puntos más bonitos del centro histórico, tanto por sus casas de colores como por el propio edificio del Consistorio, que presume de ser uno de los edificios en pie más antiguos del norte de Europa.
Al igual que ocurre con la iglesia de San Olaf, es posible subir a la torre del Ayuntamiento de Tallin abonando una pequeña tasa o directamente con la tarjeta turística Tallinn Card. El pináculo, levantado entre 1402 y 1404, abre al público exclusivamente durante la temporada alta, es decir, entre junio y agosto. En cualquier caso, para confirmar los horarios, conviene visitar su página web oficial.

4. Raeaoteek o farmacia Burchart
En una de las esquinas de la plaza del Ayuntamiento localizamos otro imprescindible que hay que visitar en Tallin y que merece una mención aparte. La farmacia Burchart o Raeapteek, es una de las boticas en funcionamiento más antiguas de Europa. Este comercio lleva establecido en este edificio de forma ininterrumpida desde el año 1422. Increíble, ¿verdad?
El nombre del edificio proviene de la familia que más tiempo estuvo llevando las riendas del negocio. Fueron los Burchart los farmacéuticos propietarios entre 1582 y 1911, una larga tradición de boticarios que se extendió durante diez generaciones enteras. En la actualidad, el inmueble combina su tradicional venta de productos medicinales con un pequeño museo que relata su historia. Una visita diferente y original que hacer en Tallin.

5. Pasaje de Santa Catalina
A menos de cinco minutos a pie de la plaza del Ayuntamiento se encuentra el pasaje de Santa Catalina o pasaje de Katarina, un estrecho callejón adoquinado tan bonito como histórico. De hecho, se cree que se trata de los muros supervivientes de un antiguo convento dominico.
Sea como sea, lo cierto es que este lugar ofrece un auténtico viaje al pasado y permite descubrir cómo era la capital de Estonia siglos atrás. Puede que sea por su ubicación algo escondida, o simplemente por su belleza, pero lo cierto es que parece que el tiempo se ha detenido en este rincón.

6. Puerta Virú
Tras atravesar el pasaje de Santa Catalina se llega fácilmente a pie a la Puerta Virú, otro de los imprescindibles que hay que ver en Tallin. ¿Sabíais que sus orígenes se remontan al siglo XIV? Se trata de uno de los accesos que quedan en pie de la antigua ciudad amurallada.
Este pórtico, que está conformado por dos torres circulares rematadas con tejados cónicos, es uno de los monumentos más fotografiados de este destino. Además, cerca de esta zona se encuentra un museo dedicado a la KGB.
Más allá del valor histórico de esta área, en la propia calle Virú se emplazan numerosas tiendas de souvenirs perfectas para hacer unas compras. Sin duda, una de las arterias comerciales más importantes del centro histórico de la capital.

7. Catedral de Alejandro Nevski
No podemos evitar mencionar otro de los santuarios más impresionantes de esta ciudad, la catedral de Alejandro Nevski o Alexander Nevski. Se trata de un templo ortodoxo levantado en la colina de Toompea el siglo XIX, cuando el país aún formaba parte del imperio ruso. Al igual que el centro histórico de la capital, está protegida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
La entrada a la catedral es totalmente gratuita y es 100% recomendable. Su interior sorprende por su decoración sobrecargada, en la que destacan sus mosaicos y sus tonos dorados. ¡Realmente cautivadora!

8. Catedral de Santa María
Muy cerca de la catedral de Alejandro Nevski se levanta la catedral de Santa María, sede de la iglesia luterana evangélica del país. El monumento, que tiene más de 800 años de historia, ha sido reconstruido en varias ocasiones: de ser una modesta ermita de madera a un templo de ladrillo y, posteriormente, un edificio de piedra caliza. Todo un superviviente del paso de los siglos que ha sabido rehabilitarse para llegar a nuestros días.
Participando en una visita guiada por Tallin descubriréis todo sobre el pasado de estas tierras y sus principales emblemas monumentales. Un recorrido en español perfecto para conocer los imprescindibles de este destino.

9. Mirador de Kohtuotsa
La colina de Toompea no solo alberga dos importantes catedrales de Estonia. Como añadido, esta zona cuenta con algunos balcones panorámicos perfectos para admirar el skyline de la ciudad. Uno de los más populares y bonitos es el mirador de Kohtoutsa, tan mágico por la mañana como al atardecer o, incluso, por la noche.
El mirador de Kohtoutsa permite contemplar de un solo vistazo los coquetos tejados de las casas de Tallin, la iglesia de San Olaf, el mar Báltico y diferentes torres medievales. Por si esto fuera poco, este punto panorámico suele ser visitado por algunas gaviotas y otras aves marinas que dan un toque aún más especial a las fotos que se toman desde aquí. Muy cerca se encuentra además el mirador de Patkuli, que también merece la pena conocer.
Para llegar hasta los miradores y monumentos más famosos, una opción es moverse a pie o bien reservar un billete para el autobús turístico de Tallin. Todo depende de cuánto se desee andar.

10. Murallas de Tallin
No podemos concluir esta ruta por los imprescindibles que hay que ver en Tallin sin mencionar sus murallas. Las hemos dejado para el final puesto que se encuentran en varios puntos del casco histórico y se pueden contemplar en diferentes momentos de este itinerario sugerido.
Todavía hoy en día se conservan unos dos kilómetros de las murallas medievales de Tallin. Éstas van rodeando el casco histórico, algo que ya hacían antaño para protegerlo de posibles invasiones. Aunque tiempo atrás contaban con una teintena de torres de vigilancia, ahora quedan unas 25 y diferentes pórticos como la citada Puerta Virú.
La calle Gümnaasiumi, que conecta las torres Kuldjala y Sauna, o las escaleras de Patkuli son dos lugares perfectos para disfrutar de la belleza de estos muros defensivos.

Cómo ir de Helsinki a Tallin
Debido a la proximidad entre ambas ciudades, es muy habitual entre los turistas ir a Tallin desde Helsinki. Existen principalmente dos formas de hacerlo. Una de ellas es la vía aérea, dado que estos destinos están conectados perfectamente por avión y el vuelo apenas dura unos 30 minutos.
Otra opción es ir en un ferry de Helsinki a Tallin. Se puede ir y volver el mismo día o pasar la noche en Estonia y regresar en cualquier otro momento. El trayecto tiene una duración aproximada de dos horas y media y existen al menos tres compañías que operan esta ruta. La mayoría de los barcos son bastante grandes y cuentan con tiendas, bares y, en algunos casos, hasta espectáculos de música en directo o karaoke. Eso sí, se recomienda reservar los billetes con antelación para conseguir los mejores precios.
Para quienes prefieran un plan organizado, existe la posibilidad de reservar una excursión a Tallin desde Helsinki. Esta actividad es perfecta ya que incluye tanto los billetes de barco como una visita guiada por la ciudad para no perder detalle de sus imprescindibles. ¿Qué más se puede pedir?

Está claro, la capital de Estonia es pura belleza y hay mucho que ver en Tallin. Aunque su casco histórico es relativamente pequeño, tiene numerosos rincones repletos de encanto que le confieren un toque de escenario de cuento de hadas. Imposible resistirse a un lugar así.
Para seguir investigando sobre este destino, el catálogo completo de visitas guiadas y actividades en Tallin es un gran aliado. Asimismo, tenemos preparado un artículo especial de la cercana capital de Finlandia: ‘Qué ver en Helsinki‘.