Lugares curiosos de Madrid

La capital de España está repleta de impresionantes monumentos que deslumbran a sus visitantes: el Palacio de Oriente, la plaza Mayor, la Puerta del Sol, el Parque del Retiro, el Museo del Prado, la Puerta del Alcalá viendo pasar el tiempo…

Hoy te queremos hablar de otros rincones menos conocidos, sitios curiosos que creemos que pueden ser interesantes y complementar tu recorrido por Madrid.

Andén 0, la estación fantasma de Chamberí.

En la línea 1 de metro, la más antigua del suburbano, existe una estación donde el tren hace más de 40 años que ya no para: la estación de Chamberí. Clausurada por unas obras de ampliación en los años 60, la estación se llenó de vagabundos que buscaban refugio y encendían hogueras. Los pasajeros veían desde el cristal las sombras proyectadas por el fuego y pronto se corrió la voz de que en la estación había fantasmas. En 2006 se restauró y abrió al público con sus taquillas, carteles publicitarios y azulejos originales: un museo de cómo era hace cien años el metro de Madrid.

El cementerio de los Ingleses de Madrid.

En el poco turístico barrio de Carabanchel (calle Comandante Fontanes) se ubicó el cementerio de los cristianos no católicos que residían en Madrid, para separarlos de los que sí lo eran. En 1854 se enterró al primer británico: el señor Arthur Thorold. Más tarde se daría sepultura a la familia Parish, fundadores del Circo Price, e incluso a miembros de la familia Loewe, por lo que popularmente sería conocido como el cementerio de los Ingleses.

La Casa – Museo de Lope de Vega.

Lope de Vega fue una de las grandes figuras literarias del Siglo de Oro Español, revolucionando los Corrales de comedias con obras de fama mundial como El perro del hortelano o Fuenteovejuna. La casa donde vivió los últimos 30 años de su vida y donde murió se mantiene con la arquitectura y decoración de una vivienda del S.XVII en la calle Cervantes, pleno barrio de las Letras de Madrid.

Botín, el restaurante más antiguo del mundo.

Así lo acredita el libro Guinness de los récords: desde que se inauguró en 1725 este restaurante no ha dejado de servir típicos platos castellanos como el cordero y el cochinillo al horno de leña, siendo ya todo un clásico entre los locales anexos a la plaza Mayor. Como indica la placa de su fachada, Benito Pérez Galdós hizo referencia al restaurante Botín en su popular novela Fortunata y Jacinta.

La Quinta de los Molinos.

A principios de primavera este parque situado al final de la calle Alcalá se tiñe de blanco gracias al florecer de sus almendros. Merece la pena pasear por sus jardines de fantasía con fuentes, estanques y grutas alrededor de la Quinta, un palacio color rosa pálido que perteneció al conde de Torre Arias a principios del S.XX. Sus curiosos molinos de viento fueron traídos desde EEUU para remover el agua de regadío que abastece a los jardines.

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