Excursión a Piedra Parada y el Cañadón de la Buitrera

Itinerario

¿Queréis conocer una de las formaciones rocosas más peculiares de Chubut? Entonces, tras pasar a recogeros a la hora indicada por vuestro hotel de Esquel, nos desplazaremos rumbo noreste. ¡Vámonos!

Cuando abandonemos el asfalto y tomemos el camino hacia el valle del río Chubut, notaremos un cambio rotundo en el entorno. De pronto, en medio del terreno seco, aparecerá un oasis de sauces, álamos y una franja de vegetación que nos hablará de la presencia del agua.

Ingresaremos al Área Natural Protegida Piedra Parada, donde la estrella es su roca de 240 metros de alto que una vez fue un tapón volcánico. Sus imponentes paredes verticales, esculpidas por la erosión del viento, atraen a escaladores de todo el mundo. Pero no hará falta escalar para experimentar la energía del lugar. Bastará con contemplar su silueta solitaria sobre el campo abierto y árido.

Desde allí, nos adentraremos en el Cañadón de la Buitrera, un angosto desfiladero que parece de otro planeta. Caminaremos unos 8 kilómetros entre los paredones de roca sedimentaria, donde el silencio solo lo romperán nuestros pasos y, con suerte, el chillido lejano de una chinchilla patagónica que corre ágil por las cornisas.

Tras la caminata, haremos una merecida pausa para disfrutar de un almuerzo tipo pícnic que incluye pizza, pinchos, una tabla de embutidos y tartas, todo acompañado de vino, zumos y agua.

Más tarde, antes de emprender el regreso, pasaremos por Gualjaina, un pueblo de menos de 1000 habitantes donde la vida sigue un ritmo apacible. En sus calles y casas bajas, sentiremos la profunda calma del interior patagónico. Allí tomaremos una pequeña merienda con té o café y un tentempié salado y dulce.

Después, emprenderemos el regreso a Esquel, y en el camino contemplaremos el sol ocultándose detrás de la cordillera de los Andes. ¡La mejor manera de despedirse de la región! Finalmente, os dejaremos en vuestro hotel 10 horas después de la recogida inicial.