Alex fue muy puntual al recogernos y desde el primer momento se mostró amable y atento. Nos ofreció bebidas y durante el trayecto nos explicó con detalle los lugares que visitamos. Altos de Chavón valió totalmente la pena por sus paisajes. Después visitamos las Cuevas de las Maravillas y la experiencia fue realmente extraordinaria. Para cerrar el día, la comida en La Romana fue increíble. Sin duda, un tour muy recomendable.
Rodolfo fue muy puntual al recogernos y desde el primer momento se mostró amable y atento. Nos ofreció bebidas y durante el trayecto nos explicó con detalle los lugares que visitamos. Macao fue espectacular; aunque el mar estaba un poco bravo y no nos metimos, el paisaje valió totalmente la pena. Después visitamos una zona de cacaotales y cafetales, y comimos en una casa tradicional donde una familia nos atendió de maravilla. La comida fue deliciosa y la experiencia muy auténtica.
Robinson fue muy puntual al recogernos y desde el primer momento se mostró amable y atento. Nos ofreció bebidas y durante el trayecto nos explicó con detalle los lugares por los que pasábamos y el destino al que íbamos. Llegar a Montaña Redonda fue una experiencia increíble; no teníamos grandes expectativas y cada rincón nos sorprendió. Además, la comida fue deliciosa. Sin duda, una experiencia muy recomendable.
Últimas opiniones
Alex fue muy puntual al recogernos y desde el primer momento se mostró amable y atento. Nos ofreció bebidas y durante el trayecto nos explicó con detalle los lugares que visitamos. Altos de Chavón valió totalmente la pena por sus paisajes. Después visitamos las Cuevas de las Maravillas y la experiencia fue realmente extraordinaria. Para cerrar el día, la comida en La Romana fue increíble. Sin duda, un tour muy recomendable.
Rodolfo fue muy puntual al recogernos y desde el primer momento se mostró amable y atento. Nos ofreció bebidas y durante el trayecto nos explicó con detalle los lugares que visitamos. Macao fue espectacular; aunque el mar estaba un poco bravo y no nos metimos, el paisaje valió totalmente la pena. Después visitamos una zona de cacaotales y cafetales, y comimos en una casa tradicional donde una familia nos atendió de maravilla. La comida fue deliciosa y la experiencia muy auténtica.
Robinson fue muy puntual al recogernos y desde el primer momento se mostró amable y atento. Nos ofreció bebidas y durante el trayecto nos explicó con detalle los lugares por los que pasábamos y el destino al que íbamos. Llegar a Montaña Redonda fue una experiencia increíble; no teníamos grandes expectativas y cada rincón nos sorprendió. Además, la comida fue deliciosa. Sin duda, una experiencia muy recomendable.