¿Hoteles modernos o incómodos?

La semana pasada hemos estado visitando Ámsterdam alojados en el Golden Tulip Amsterdam Fashion, uno de los muchos hoteles modernos de la capital de los Países Bajos. La estancia nos ha dado un tema del que hablar. ¿Por ser un hotel moderno, tiene que ser incómodo? En esta ocasión hacemos la pregunta  respecto a la intimidad de las habitaciones.

Nada más entrar en este hotel de cuatro estrellas nos dimos cuenta de que el nombre no ha sido puesto de forma aleatoria. Es un alojamiento muy amplio, relativamente lujoso y con instalaciones que podríamos definir como vanguardistas.

Al subir a la habitación nos encontramos la guinda del pastel: la puerta del baño era de cristal. Entendemos que una puerta de cristal se puede considerar fashion pero… ¿en qué momento se ha quedado atrás la intimidad de las personas?

Por si fuera poco, en frente del baño habían puesto un espejo gigante, por tanto, desde cualquier punto de la habitación se ve perfectamente todo lo que ocurre en el baño. Nosotros recurrimos a la solución más simple: tapar este espejo como pudimos, ¡de esa forma al menos no te sentías obligado a ver lo que no quisieras!

¿Para qué tipo de viajeros hacen estos hoteles modernos? ¿Parejas? ¿Familias? ¿Grupos de amigos? Nos cuesta pensar qué grupo podría sentirse cómodo alojándose en un hotel que ha olvidado preservar la intimidad de sus visitantes.